lunes, 22 de marzo de 2010

Los efectos milagrosos de un secuestro

Cuando se produjo el secuestro de María Edith Bordón (noviembre de 2001), su suegro, el ingeniero Enzo Debernardi, estaba siendo investigado por el fiscal Derlis Céspedes (1) por una presunta complicidad en algunos  casos de secuestros que figuraban en documentos oficiales de la entidad Itaipú. La investigación se inició el 20 de febrero de 2001, basada en un Informe Confidencial, con membrete del Ente Itaipú Binacional, enviado en fecha 28 de abril de 1975 al Comandante en Jefe, General Alfredo Stroessner, dando cuenta, entre otras cosas, del secuestro de César Cabral (2), Aníbal Abatte, Alejandro Stumps y Rodolfo Mongelós.






Boda María Edith Bordón – Antonio Debernardi


jueves, 11 de marzo de 2010

Carta a Luis Bareiro Spaini (por Tomás Palau y Ricardo Flecha)

Asunción, 9 de marzo de 2010
Gral. Luis Bareiro Spaini

Ministro de Defensa Nacional

E.S.D.

Estimado Gral. Bareiro:

Nos permitimos extender a usted nuestras más sinceras felicitaciones por la postura asumida en defensa de los intereses nacionales, ante la grosera intromisión de la embajada norteamericana en los asuntos políticos del país.

La suya es una postura que dignifica al Paraguay y muestra que las FF.AA. por usted representadas no han caído en el servilismo y la sumisión que la mayoría de los políticos muestran ante poderes extranjeros, como muchos de los ciudadanos de a pie de nuestro sufrido país que, como nosotros, estamos seguros apoyan su patriótica posición en momentos de agresión al gobierno.

Conocemos su límpida trayectoria como militar, su integridad y honestidad como persona y su sólida preparación académica. No deja de ser llamativo que sea justo en estos momentos que aparezcan críticas a su persona, críticas que aluden a su incapacidad, o a sus inclinaciones o preferencias ideológicas, o a decisiones administrativas que fueron adoptadas en el pasado reciente. Nada de esto se le había imputado hasta que usted tuvo la valentía de defender al país ante los poderosos. Aquí sí los serviles y obsecuentes ladraron para defender a su amo.

Ni el gobierno norteamericano ni el gobierno colombiano tienen absolutamente nada que enseñarnos en materia de seguridad, derechos humanos o respeto a la democracia y a la autonomía de las naciones. Usted se lo ha dicho en la cara, en un gesto de valentía que hace tiempo no veíamos en un funcionario del gobierno paraguayo.

Reiteramos nuestro más profundo agradecimiento a su persona por la actitud noble y patriótica que le ha tocado asumir en esta ocasión.

Reciba nuestro fraternal apoyo,
Ricardo Flecha - Tomás Palau

La carta del ministro, la sujeción de Franco y la Guerra Fría (por Julio Benegas)

La carta del ministro, la sujeción de Franco y la Guerra Fría

Julio Benegas Marzo 9, 2010

Conocí al ministro Luis Bareiro Spaini cuando cubría e investigaba Fuerzas Armadas. En su momento hizo lo que nadie, en las Fuerzas Armadas, se atrevía entonces. Siendo titular del tribunal militar extraordinario, condenó a 18 años de prisión a un general de Ejército, Pablino González, por corrupción.
El lo sabía y yo también: era un juego del poder para cerrar el caso que involucraba a toda la cadena de mando del Ejército en torno de una persona. Sin embargo, hizo lo que en su ocasional función le correspondía.
González era de una camada de militares que se había forrado con dinero que debía ser destinado a las tropas. Un caso de ruines. No solo se quedaban con todo el presupuesto para unos 7.000 soldados que no iban al Ejército, sino que, de los pocos (unos 3000), robaban la comida, la vestimenta y hasta el sueldito. Ya con la cruz en la espalda de los demás, asume la comandancia del Ejército durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos. Allí estableció una férrea oposición al hombre fuerte de Nicanor: el coronel Heriberto Galeano, un Oviedo'í de entonces, más ruin en sus negocios y ya sin los nexos antiguos con el tráfico que detentaba Oviedo, Rodríguez y otros. Diferencias de épocas y de temple.