jueves, 1 de octubre de 2009

ESPIRITUALIDAD NATURAL

Espiritualidad tiene un significado diferente para cada uno de nosotros, aparentemente. Una definición estándar es: “Un sentido de significado y propósito; un sentido de si mismo y de una relación con ‘eso’ que es mas grande que uno mismo”.

Actualmente, la Religión y el Misticismo parecen tener el monopolio de la Espiritualidad. La religión teística generalmente implica una ‘relación con dios’ o creador divino, como una relación espiritual, mientras que los Místicos generalmente encontrarán una relación a una fuerza o poder ‘sobrenatural’. Lo importante es que, casi universalmente, la espiritualidad tiene que ver con una ‘relación’ en uno u otro nivel. En otras perspectivas, es asociado con el ‘lugar’ o ‘significado’ de una persona en la vida… lo que sea que eso quiera decir.

Tan subjetiva como estas cosas pueden ser, empezamos a reconocer cambios en estas nociones, dado que el progreso social tiende a tallar un camino de entendimientos que se mantienen firmes a la prueba del tiempo. En la era moderna, tenemos la habilidad de mirar lejos a nuestro pasado y examinar lo que nuestros ancestros consideraban ‘real’, y entonces comparar esas ideas con lo que entendemos hoy. Muchas “prácticas espirituales” que existieron en el pasado, ya no existen debido a los entendimientos que han surgido de acuerdo a fenómenos naturales. Como un ejemplo base, las primeras religiones generalmente ‘sacrificaban’ animales para ciertos propósitos… esto raramente sucede hoy, dado que la relevancia de tal acto ha sido probada inútil en su efecto deseado. Del mismo modo, la gente raramente realiza “danzas de la lluvia” en orden de influenciar el clima… hoy entendemos como son creados los patrones del clima, y que las prácticas rituales no tienen efectos demostrables.

Similarmente, la idea de ‘rezarle’ a un dios para un requerimiento en particular, también ha sido estadísticamente probada de tener poco efecto en un resultado, sin mencionar la evidencia que respalda que un creador personificado no existe en ninguna manera científica… sino que es derivado de especulación y tradición literaria histórica antigua.

El establecimiento Religión, en muchas maneras, parece estar arraigado a un malentendido perceptivo sobre los procesos de la vida. Por ejemplo, presenta una visión del mundo que usualmente pone al humano en un nivel diferente a los otros elementos de la naturaleza. Este ‘ego espiritual’ ha llevado a conflictos dramáticos durante generaciones, no solo entre seres humanos, sino también inadvertidamente entre nosotros y el medio ambiente mismo.

Sin embargo, mientras el tiempo ha avanzado, la Ciencia ha mostrado como los humanos son sujetos a las mismas exactas fuerzas de la naturaleza como todo lo demás. Hemos aprendido que todos compartimos la misma subestructura atómica que los árboles, los pájaros, y todas las formas de vida. Hemos aprendido que no podemos vivir sin los elementos de la naturaleza… necesitamos aire limpio para respirar, comida para alimentarnos, energía del sol, etc. Cuando entendemos esta relación Simbiótica de la vida, empezamos a ver que en cuanto a lo que refiere a ‘relaciones’, nuestra relación con el planeta es la más profunda e importante. El medio por el cual esto es expresado, es Ciencia, dado que el Método Científico nos ha permitido conocer estos procesos naturales, así podemos entender mejor como ‘calzamos’ en este sistema de vida como un todo.

Esto podría ser denominado despertar ‘espiritual’.

Esta realización, que ha sido probada por la ciencia, es que los humanos no son diferentes de las otras formas de naturaleza, mientras nuestra integridad es sólo tan buena como la integridad de nuestro medio ambiente, del cual somos parte. Este entendimiento presenta una visión ‘espiritual’ enteramente diferente, porque fuerza la idea de interdependencia y conexión, en su núcleo.

La interconexión de toda la vida es innegable en el sentido más básico, y es esta ‘relación’ perpetua de interconectividad total que no es reconocida por la sociedad. Así, nuestros modos de conducta y percepciones se encuentran ampliamente fuera de línea con la naturaleza... y por ende son destructivos.

La naturaleza misma es nuestro maestro, y nuestras instituciones y filosofías sociales deberían estar derivadas de este fundacional, e invariante entendimiento ‘espiritual’.

Mientras mas rápido se esparza este despertar espiritual, más sana, pacífica y productiva se volverá la sociedad.


Fuente: The Zeitgeist Movement.