miércoles, 28 de octubre de 2009

Reflexiones sobre la violencia


Carta ciudadana desde el Paraguay  (232) 
Propone hacer vacunaciones antirrábicas masivas:  Chester Swann*

Luque, Paraguay, 20  de octubre  de 2009.

Me llamó la atención el batifondo y la consternación colectiva que produjo el secuestro del ganadero Fidel Zavala, y la condenación —casi unánime— al gobierno de Lugo, a su ministro de lo Interior (así debe decirse) y a los “campesinos izquierdistas que promueven la violencia”.  Pero más me llamó la atención cómo los colorados pontifican doctoralmente y se rascan (sic) las vestiduras acerca del tema, cuando les sería más ético (¡mala palabra ésa para los bermejos!) callarse las bocas. Debieran recordar que su partido ha promovido el terrorismo de estado, el secuestro, el asesinato, la tortura y persecuciones durante seis décadas en el país sin ruborizarse siquiera.  Entiendo que en vez de hacer mea culpa, prefieren arrojar leña al nuevo gobierno, siguiendo la muy paraguaya costumbre de echar culpas en ajenos hombros.
Claro que Fidel Zavala tiene nombre y apellido de alcurnia vascongada y su secuestro sirvió para tapar a los más de cien campesinos asesinados durante esta muy “democrática” transición.  Nos mueve esto a olvidar a los cientos de humildes ciudadanos de a pie, asesinados por gamberros callejeros; por policías de gatillo fácil; son apenas números estadísticos sin mucha alcurnia y fortuna como para llorarlos y armar bulla por la prensa mediática.  Sí.  No vale la pena llorar por quienes no tuvieron siquiera oportunidad de comprar su vida con dos mil guaraníes de portazgo, o un celular pasado de moda.
La prensa recuerda sólo a quienes llevan cuentas bancarias, latifundios ganaderos y rancios apellidos de renombre social.  Pero debemos reflexionar si esta violencia no es fruto de las sangrientas semillas sembradas por los colorados… cuando eran felices y no lo  sabían; por militares corruptos y policías asesinos y una ciego fanatismo anticomunista impuesto desde Washington.  Claro  que es mejor “no mirar atrás” según dicen quienes tiene rabos pajizos altamente inflamables.
He recibido en mi correo instrucciones para agitar banderas blancas y sumarme al coro plañidero que reclama justicia para este probo hombre de trabajo y padre de familia.  Pero lamentablemente nunca tuve el gusto de conocerlo y me es tan extraño como Alien.  Aunque sí he conocido a muchas víctimas del terrorismo de estado y lo sentí en mi propia piel.  También sentí el terrorismo callejero cuando mi hijo fue agredido con una botella rota por borrachos —a metros de la comisaría de Luque y de un retén militar—, sin que nadie intervenga en su favor.  También estuve en una celda, a menos de dos metros de Escolástico Ovando y del capitán Ortigoza, en el cuartel central de la policía de la capital.  Pocos recuerdos agradables llevo de la violencia institucionalizada y de la que heredamos de esos años de plomo.
Siento mucho que el ganadero Zavala esté cautivo, pero desconfío que quienes lo hicieron formen parte de las roscas policiaco-miltares.  Una granada, explosivos cazabobos y armas de asalto de guerra no son asequibles en la ferretería ni en elsupermercado.  Son armas de la nación, proveídas por DIMABEL y ¿Qué hacen, unos campesinos desharrapados con modernos equipos de comunicaciones, logística y granadas militares?  Si ésos son guerrilleros, yo soy físico nuclear.  ¿Quiénes son realmente éstos, que dicen ser el EPP?
¡Averígüelo Vargas!… como decía el terrorista de la palabra Francisco Barreiro Maffiodo (a) “Poncho pytã” en Patria.  ¿Lo recuerdan?


*  Escritos, ex periodista, ex cantautor, ex humorista, ex artesano y cultor empedernido de variadas maneras de perder el tiempo sin perecer en el intento.